sábado, 10 de abril de 2010

Ohhh… California!

Nuestros días de furgoneta y rosas se acabaron.
En Moab –entre los parques de Arches y Canyonlands- pusimos rumbo al oeste y la Bald Eagle empezó a volar hacia California, la tierra prometida.
Deshaciendo nuestro camino, nos imaginamos lo duro que debió ser para los que cruzaban estos desiertos después del Dust Bowl, con la esperanza de llegar a los verdes valles de California, rebosantes de trabajo, dinero y esperanza… el sueño americano.
A nosotros, nos llevo casi dos días llegar hasta nuestro penúltimo destino, el Sequoia National Park.
De camino, nos despedimos de las reservas indias en Goosenecks, un lugar en el país Navajo donde el río San Juan (afluente del Colorado)  ha dibujado en la meseta una “W” gigantesca; y del río Colorado en Toroweep, donde lo vimos por ultima vez desde lo alto de los acantilados desde los que se despeñaba el Coyote cada vez que intentaba pillar al Correcaminos.
Cruzamos de nuevo el desierto de Mojave y atravesamos el Death Valley -el valle más profundo de América del Norte, a unos 100m por debajo del nivel del mar- donde el paisaje toma el color blanco de la sal de la laguna seca que lo domina… todo un contraste respecto a los frondosos bosques de abetos, pinos y secoyas que nos esperaban al otro lado de las montañas; después de tantos días de arena, montañas rojas y cactus, lo que menos se imagina uno es que al otro lado de las montañas se va a encontrar con bosques de árboles de casi 100 metros de altura y 10 de diámetro… verge santa!
Nuestra última parada en USA fue en Los Angeles. Allí, no tuvimos tiempo más que para darnos un chapuzón en Venice Beach (la de los vigilantes de la playa) caminar por el Walk of Fame de Hollywood en busca de la estrella de “P” (…pero si “P” no tiene estrella!) y pasarnos un montón de horas atascados en las retenciones que se forman a todas horas, en todas partes.






También visitamos Amoeba, una tienda inmensa de música donde puedes encontrar todo lo que busques. Salí de allí mas contento que un tonto con zapatos nuevos con mis cd’s de Thee Headcoats  y una bolsa llena de merchandising debajo del brazo.
La pena fue no poder ver a Gasol y sus Lakers… mala suerte, Pau es toda una institución en LA.
De Malibú salimos por piernas; la normativa municipal trata a los que duermen en su vehiculo como homeless (vagabundos). Lo supimos porque al registrarnos en un camping nos dijeron que sin WC nuestra furgo era considerada coche… y su obligación era avisar a la policía para que nos arrestaran!… pero oiga usted que no somos homeless, somos guiris y estamos viajando con esta autocaravana, solo queremos dormir dentro del camping… lo siento, sois homeless y puedo tener problemas, en Malibú los homeless no sois bienvenidos… pues nada hombre, que le den por culo y hasta nunca… a veces estos americanos tienen unas cositas muy raras.
Nos despedimos de la Bald Eagle, enviamos un paquete con la ropa de invierno a casa y finalmente nos colgamos las mochilas a la espalda camino de Tijuana… por fin MEXICO!

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